28
Mar
2017
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La piedra de los Kogui

Sobre una enorme roca que para ellos es sagrada, frente a una bandera rota que para ellos no significa mucho, retratamos a una familia de indígenas Kogui que, junto a otras 16, ha resistido el empujón permanente propinado por los administradores del Parque Tayrona para hacer de este un atractivo turístico de interés mundial sin tener que velar por los derechos de sus ancestrales habitantes.

Entonces quieren construir hoteles lujosos en playas a las que hoy tienen acceso miles de turistas que llegan allí con la esperanza de respirar un entorno natural, no tan costoso y muy apto para la recepción de sus plásticos y bronceadores contaminantes. 

Los retratos de la familia Kogui sobre la roca sagrada nos llevaron a adentrarnos en el parque en busca de otras familias para registrar su modo de vida. Luego de una caminata de 3 horas, matizada por los efectos de la vacuna contra fiebre amarilla que exigen para ingresar al parque, llegamos a la casa de Alejandro Nieves Limaco, un anciano Kogui que accedió a responder nuestras obvias preguntas.

– ¿Cuál es su posición frente a la construcción de mega proyectos en el parque?

– No estamos de acuerdo porque Parques nos ha ido desplazando de a poco, ya solamente quedamos 16 familias, unas cien personas de más de 4 mil que vivíamos en este territorio sagrado en la antigüedad. Parques nos sacó del pueblito Chairama a la fuerza, nos quemaron las viviendas. Ahora con la construcción de sus casa hotel vamos a quedar más impedidos para transitar en  este territorio que consideramos nuestro sino sagrado.

-¿Están dispuestos a llegar a algún acuerdo con quienes quieren construir los hoteles? 

– El único acuerdo al que estamos dispuestos a llegar es que los dejamos construir su casa hotel si ellos nos dejan construir nuevamente nuestras viviendas en el pueblito Chairama, para vivir nuevamente en él y reunir a todas las familias que hoy están dispersas en el parque.

– ¿Qué le piden ustedes al Estado colombiano?

– Simplemente que nos deje vivir en paz, que respete nuestros derechos como cultura ancestral y que el gobierno actual cumpla las promesas que hizo cuando fue elegido. Nada más.

El presidente Juan Manuel Santos, en su primer viaje como presidente de los colombianos realizó una ceremonia en la Sierra Nevada de Santa Marta en la que prometió defender todos los territorios indígenas del país. Hoy, tres años después, es poco lo que se le oye hablar al respecto. Y del Estado colombiano, poco se puede decir, sigue en su ya predecible descomposición también ancestral.

Los indígenas Kogui que habitan el parque natural Tayrona viven de la agricultura; siembran yuca, plátano, malanga y frutas. Fabrican artesanías que venden por pocos pesos a los turistas. También han desarrollado un renglón en su economía que se parece a la limosna. Cuando un fotógrafo apunta hacia ellos la cámara extienden sus manos para recibir algún centavo a cambio de sus pintorescas imágenes.

En sus ojos brilla siempre un destello febril de rabia contenida. 

​Texto y Fotos: César Mariño García / Caudal Images 2013.

2 Responses

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